jueves, 27 de agosto de 2015

LAS PIEDRAS QUE TIRAMOS CONTRA EL AGUA

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    LAS PIEDRAS QUE TIRAMOS CONTRA EL AGUA
Creo que todos, en algún momento de nuestra vida, hemos jugado a tirar la piedra sobre el agua para ver cuán lejos la hacemos llegar. Sea solos o en compañía de otro u otros, sea para divertirse o para competir. Si la piedra es plana, la tirás con un movimiento ladeado de tu brazo y con suficiente fuerza, la piedra puede llegar bien lejos, dando "panzazos" y creando ondas que se pierden en la superficie del agua, ondas que luego olvidás y no sabés a dónde se van a quedar... Pues, hay personas que son como esas dichosas piedras. La existencia se encarga de lanzarlas, de hacerlas rebotar sobre el agua de cada día y hacerlas esparcir ondas de su fracaso que se pierden en la memoria de los que son tocados por ellas. Y es que, si no has tomado tu vida en las manos para hacer algo con ella, entonces la existencia te llevará a ser como la piedra tirada contra el agua. Y aclaro: digo "existencia", no "vida", porque hay una diferencia. La "existencia" es el acto de estar vivo. La "vida" es la construcción de tus manos sobre el acto de tu existir. Si no construís algo con tu propio y continuado esfuerzo diario, la exsitencia lo hará por vos, y como ella no tiene mente para hacer una construcción según tu provecho, lo que resultará de su "trabajo" será un adefesio (en la mayoría de los casos es así).
Sí, lo vas entendiendo bien. Hay personas que viven lamentándose por el estado de su vida. Y no importa la edad. Puede ser un adolescente de colegio, una joven universitaria, un hombre de empresa, una ama de casa o un adulto mayor (a los que antaño llamábamos ancianos...). Esas personas le echan la culpa de sus desgracias a todos y a todo. Pero no toman su vida delante de sí, la evalúan, ven los errores y se plantean un proyecto para mejorarla. Estoy de acuerdo en que hay vicisitudes, adversidades, situaciones que nos hacen pegar la boca en el suelo y sacarnos de la pelea por un rato. No soy iluso, ni pretendo hacerte un lavado cerebral para drogarte y hacerte ver "pajaritos en el aire". A lo que me refiero es que, disipado el polvazal generado por la estampida que te pasó por encima, si no querés quedarte lamiendo tierra el resto de tu existencia, es tu deber levantarte, evaluar, llorar (si lo necesitás), tomarte un "tiempo fuera", oxigenar la mente y los sentimientos, y luego INICIAR DE NUEVO, tomar la desición de VIVIR, ASUMIR tu responsabilidad en lo que te pasó, y PLANEAR TU VIDA, aclarar por dónde vas a tirar VOS la vida, tu vida, y que no sea la existencia la que te tire.
Lo que digo ya me pasó a mí. No hablo de gratis ni vanamente. Duele mucho verse como el protagonista de una desgracia, aceptarlo y tener que pedir perdón. Pero es de sensatos (que no digo valientes para no ofender a los, como yo, hemos sufrido de ataques de miedo) rehacer la vida, proyectarse positivamente hacia el futuro con un proyecto bien calibrado y repensado varias veces; o sea, con UN PROYECTO NUEVO DE VIDA. Ahora hacé este ejercicio: extendé las palmas de tus manos, y observá las piedras que vas a lanzar contra el agua para ver cuán lejos las hacés llegar, y pensá que, si no lo hacés, las piedras te lanzarán a vos. ¿Estás dispuesto o dispuesta a que ellas te tiren o vos a tirarlas a ellas? Hoy, en este simplísimo acto de juego mental y emocional, estarías por iniciar una nueva etapa de tu vida... ¿qué vas a hacer?





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